Diario Entrada 17: El maestro anciano en un falso astral

     Para cuando ocurrió este sueño, ya había recorrido mucho en el mundo onírico. Si leyeron las entradas pasadas, también este sueño queda dentro de los dos meses más reveladores de mi vida en sueños. Aunque ya había tenido experiencias de todo tipo, el plano astral aún era bastante desconocido para mi, a pesar de que ya lo había acariciado, aún no entendia muchas cosas ni sabía diferenciar detalles en dicho plano. 

    Primero, sentí como antes de empezar el sueño, mi "alma" (aunque no estoy seguro) salía de mi cuerpo, pero al salir y girar mi cabeza (ya el sueño no era solo obscuridad) no pude observar mi cuerpo, que es la señal para saber que se está en el plano astral. El lugar donde me encontraba se sentía extraño, la habitacion y en general la casa donde estaba parecían una amalgama de las diferentes casas donde he vivido, no sentía que viniera de mi subconsciente.

    Todo lo recorría como flotando, no volando. Al abrir la puerta de entrada fue aún más difícil controlar mi cuerpo, me sentía como una sombra flotante, como dije, no volaba y al flotar era torpe y no lo controlaba en lo más mínimo. Al avanzar un poco, para mi suerte había una cuerda, dicha cuerda si bien empezaba estando amarrada al frente de esta casa, no alcanzaba a ver donde terminaba, sabía que estaba ahí para guiarme a algo, así que la sujeté y la usé a manera de guía, porque si no usaba mis manos para impulsarme usándola, solo flotando nunca hubiera llegado.

    La geografía del lugar podría decirse que era normal, nada extraño, abstracto, fuera de lugar, surrealista o imposible. Pero aunque era un poco familiar, al mismo tiempo no lo era, tenía algunos elementos conocidos y otros que no, pero mezclados de una manera un tanto anormal. Recuerdo pasar algunas casas, parques sin árboles y calles poco transitadas. 

    Casi al llegar al final de la cuerda, entré en una especie de parque lleno de pasto y de árboles, observé que el final de la cuerda estaba atado a unos juegos para niños, era una especie de estructura mediana hecha de madera, se podía subir por unos escalones y jugar arriba, había un resbaladero y otro juegos, de igual manera a dicha estructura de madera había unos columpios atados, pero esa zona estaba un poco oculta por la misma estructura.

    En uno de los columpios se encontraba un hombre anciano, el cual podría describir perfectamente, tenía rasgos muy particulares, aún tengo su rostro en la memoria, era un poco pasado de peso y su vestimenta creo que sería la de esperarse de un hombre anciano. Su energía se sentía agradable como paternal, no era como el profeta de la entrada pasada, que era una máscara toda la fachada de "bueno"; este hombre se sentía sincero. Debo decir que el fue el primer y último ser que sentía como realmente "bueno". Al sentarme junto a él, comenzó a decirme de manera muy paternal que me había observado y quería ser mi maestro. Recuerdo que le hice algunas preguntas, pero supongo que fueron tan importantes (nótese el sarcasmo) como para no recordarlas, la única que recuerdo fue que le si había manera de comunicarme con alguien más fuera del sueño, él me entrego un teléfono celular, pero parecía un modelo muy viejo, ya saben, el llamdado "ladrillo", me dijo que me concentrara en una persona y que no me distrajera. El teléfono comenzó a marcar tono, del otro lado me contestó la persona en que había pensado, pero se escuchaba mucha interferencia, le conté un poco de como le hice para llamarla, ella alcanzó a responder antes de que se cortara la llamada. Cabe resaltar que dicha persona no tiene buena memoria de sueños, así que no puedo saber si ocurrió algo en su sueño o no.

    Desperté después de algún diálogo más con este curioso individuo, pero al volver a dormir me encontraba con otras personas y este señor nos ponía una prueba, que era algo así como equilibrar y mover cubos con telequinesis, era más abstracto que eso, pero así es como lo puedo explicar. Volví a despertar después de la prubea y sé que al volver a dormir hubo otra prueba, pero no la recuerdo.

    No he vuelto a ver a este individuo.




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