Bitácora 12/10/2024: Deseos

    En el sueño vivía en un lugar muy diferente de donde vivo en la realidad, en una ciudad extraña, pero que en el sueño conocía perfectamente. Invitaba a un par de amigos para pasar el rato. Para hacerme el interesante les mostraba que en mi dormitorio justo al lado de mi cama había una pequeña puerta en el piso como un sótano, les explicaba que se veía como si fuera un sótano, pero no lo era, era un portal a otra realidad. 

    Al bajar había una especie de recepción, con un una mesa alta y alguien que atendía, un par de sillas en una pared como para esperar. Un par de pasos más y ya no había techo, era una pequeña área verde y más allá una reja de la cuál no podía pasar. Les explicaba a mis invitados que ya había tratado de ir más allá de la reja para explorar esa realidad, pero solo no se podía como si esa recepción fuera lo único diseñado para compartir con nuestra realidad.

    Les explicaba que a la chica de la repción; la cual recuerdo que era como de mi tamaño, cabello lacio y castaño claro, de lentes redondos y piel clara, le podía pedir cualquier cosa y ella me la entregaría, les mencionaba que el uso de ese lugar y pedir objetos tenía sus consecuencias, de hecho yo repetía mucho eso, pero no tenía idea de que consecuencias eran e igualmente había un par de reglas.

    No se podían pedir objetos que no existieran, como una máquina del tiempo por ejemplo. Si los objetos eran pequeños la chica de la recepción los sacaría aparentemente debajo del escritorio para entregármelos y si eran grandes, como un auto, los traería a través de la reja, aunque los objetos grandes eran algo inútiles al no poderlos subir por la escalera de regreso a nuestra realidad. Tampoco se podían pedir objetos que no pasaran por la reja, como un tanque de guerra, por ejemplo.

  También se podían pedir personas, las cuales llegaban a traves de la reja, no era como si se teletransportaran las personas que pedías, no eran ellas, solo eran similares, pero igual se podía intreractuar con ellas, lo que nos lleva a otra de las reglas. Si quien atravesara tenía un comportamiento errático o agresivo era imperante NO DEJARLA ir a nuestra realidad, solo sabía que eso tendría consecuencias catastróficas, pero ni idea de cuales.

    Gran parte del sueño era experimentar que se podía pedir y que no, recuerdo que en uno de mis intentos le pedí a la chica de la recepcion los números ganadores de la lotería en mi mundo, ella lo pensó un poco, marcó con un teléfono antiguo, esos de ruedita, para consultar si se podía, después me entregó una piedra con un acertijo y me dijo que la respuesta del acertijo eran los números de la lotería. En fin, otros intentos tuve de pedir cosas aleatorias y sin sentido para probar ese lugar y saber que consecuencias tenía hacer pedidos poque la curiosidad me mataba. 




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