Había ido a visitar a un amigo que en la realidad tiene bastante tiempo que no he visto, siempre que sueño con él su casa es la misma, pero en la realidad es un lugar que jamás he visto en mi vida. El había invitado a un amigo suyo que yo no conocía personalmente, pero sabía que era confiable, también esperábamos a otros 2 amigos que eran muy cercanos. Conmigo traía una mochila de la cual sacaba un extraño aparato, era pequeño, quizás del tamaño de un cubo que llegaba de la punta del pulgar al meñique estando estirados, tenía desprendido uno de los lados donde se dejaba ver la circuiteria y por arriba una pequeña pantalla como si fuera un televisor antiguo.
Le dije a mi amigo que tenía que jurar que jamás le diría a nadie lo que le iba a mostrar porque ya conocía lo comunicativo que era, él lo juró, pero no fue suficiente para mi; era un gran secreto el que le iba a mostrar y necesitaba que no saliera de la habitación. Le decía que había estado investigando como hacer magia y hechicería, y había creado mis propios conjuros, mientras le decía esto comenzaba a dibujar algunos símbolos en una hoja de papel, le pedí que pusiera su mano derecha en cima de ella y jurara de nuevo, el hechizo que había en la hoja haría que no dijera nada aunque él quisiera.
Su amigo llegó mientras le explicabla la magia que había descubierto, yo procedía a juntar las dos palmas de mis manos y al separarlas había aparecido el mango de una espada, al agitar dicho mango este extendía como una espada de plástico para niños en forma de cono, con las manos comenzaba a aplanar lo que debería haber sido el filo y al hacerlo este se volvía de metal. Ambos solo me miraban extremadamente sorprendidos; les mostraba que la espada no tenía filo, entonces le pedía a mi amigo que me diera una roca, con tada la facilidad del mundo la cortaba por la mitad con esa espada sin filo que había salido de la nada. Les explicaba que les mostraba eso para que creyeran lo que les iba a decir a continuación.
Les explicaba que muchas veces la magia solo era mental, pero el usar símbolos y glifos podía canalizarse de otras maneras y que esto también podía combinarse con la tecnología para lograr cosas aún más grandes, mientras decía esto les señalaba la máquina que había traído conmigo. Les decía que eso era un "cronovisor", pero a diferencia que el que el Vaticano tiene supuestamente según las leyendas, este no solo servía para ver el pasado, si no para conectar con él y metafísicamente transportarte a otros mundos y realidades.
Para este entoncs ya habían llegado los otros dos amigos que estábamos esperando y ellos escuchaban atentamente a toda mi explicación. Procedía a sacar dos pequeñas palancas (joysticks) de dentro de la máquina los cuales estaban conectados, entonces encendía la máquina. La pantalla mostraba solo gráficos con líneas y geometría en color verde, como se esperaría que lo hiciera una computadora de los 70´s. Buscaba en la pantalla usando los antoguos gráficos mostrados entre diferentes mundos y realidades, escogía uno, sacaba un cable de dentro de la máquina el cual usaba para pinchar mi dedo y poner una gota de sangre, también les mostraba los glifos que estaban dentro del cronovisor que eran de mi propio diseño. Les pedí a todos que se tomaran de las manos alrededor de la máquina, cerraran los ojos y se enfocaran en ella.
En un momento todo visualizamos la ubicación que había dejado en la pantalla, pero teniendo los ojos cerrados, de repente todo comenzaba a tomar más color y textura, de un momento a otro era como si todo fuera nítido, pero como en 2D. Éramos como personajes de un juego de plataformas. Mis amigos comenzaban a hablar de lo maravillados que estaban, yo les decía que eso solo era la parte más superifical de la experiencia. Pasaron algunos minutos y fue como ir más profundo. Aparecimos en una especie de lobby donde nos podíamos dirigir a diferente lugares y mundos. Había otras personas en este lugar y les explicaba a mis amigos que yo había sido el único en construir un cronovisor por mi cuenta y usar mis propios hechizos, todas esas personas ahí eran la gente más poderosa de nuestro planeta o de planetas similares que tenían el suficiente dinero para comprar sus máquinas.
Visitamos muchos mundos de otras galaxias de otras realidades, en algunos sus edificios llegaban hasta el espacio, en otros ciertas secciones de sus ciudades estaban suspendidas en el aire. Tuve que enseñar a volar a mis amigos para que pudieran transportarse debidamente. Las ciudades podían tener algunas similitudes, pero muchas de ellas eran utopías y nosotros al no sufrir de casancio, ni hambre, ni éramos afectados por la temperatura; al solo estar metafisicamente ahí, hacía que le experiencia fuera de lo más placentera. Los transportes, los seres que habitaban los diferentes lugares eran mucho más avanzados que nosotros y habían superado sus problemas para llegar a la casi perfección.
Mientras nos encontrábamos en un lugar que funcionaba con lobby para quienes teníamos el cronovisor, les explicaba también a mis amigos que se lo tomaran con calma y que si los veía raros los sacaría inmediatemente, ya que se corría el rieso de querer quedarse en ese lugar y su cuerpo en la realidad se volvería loco y actuaría por si solo de la manera mas errática posible, no podíamos estar ahí durante tant tiempo.
Sonó una alarma y todos los que estaban en ese lugar salieron a la entrada del lobby y comenzaron a tomarse de las manos, rápido les dije que hicieran lo mismo a quienes estaban conmigo, corrimos y nos unimos a la secuencia de gente que hacía lo mismo, al final vimos como alguien que se estaba bañando mientras sonaba la alarma salió solo envuelto en una toalla y su cara se volvía de horror al darse cuenta de que era el último en llegar. Lo pasaron en medio de todos a la fuerza y formaron un círculo alrededor de él mientras era descuartizado con espadas. Mis amigos quedaron anonadados con esto y les explicaba que la máquina no solo te daba, de cierta manera tenían que pagarle, pero que la mía al haber sido creada por mi, yo la controlaba y no tenía muchas reglas que ellos si, pero tenía que actuar igual para no ser descubierto.
Uno de ellos dijo que no era para tanto, que eso solo pasaba aquí, yo le respondía que si morían aquí, morían en la realidad, por eso los había llevado a mundos bonitos y perfectos. Que ya que habían aprendido más sobre esos mundos y cosas como volar; podíamos ir a lugares más bizarros y extraños, y poder evitar los peligros.
Después hacíamos un recorrido por algo parecido a Italia de otra realidad, donde al ver la frontera con San Marino esta estaba rodeada de estatuas de lo más escalofriante que puede haber. Tambiém visitábamos muchos más lugares, pero eso es lo relevante y antes de tomar un tren bala que conectaba con otra realidad supuestamente más extraña, desperté.