Aún estaba entre mis 19 y 20 cuando la parálisis de sueño era más frecuente que nunca, para ese entonces ya había aprendido lo suficente y el interés no era el mismo de antes en esa área, tampoco me causaban ninguna clase de miedo o pánico; lo que en un principio me tenía aterrado se lo puedo atribuir a las primeras impresiones, además de mi edad inmadura cuando me pasó la primera vez.
Haciendo un pequeño paréntesis, a veces me cuesta entender como gente ya madura queda traumatizada con esto; a veces leo testimonios con cosas como: "no pude dormir durante semanas", "no deje de gritar al despertar", "tenia tanto miedo que no me podia mover", y todo esto con experiencias bastante simples, creo que si estas personas vieran la mitad de los espectros a los que les he enseñado el dedo, maldecido o simplemente reído en su cara, creo que ya se habrían puesto la soga al cuello.
Bueno sin seguir divagando, estas experiencias hasta cierto punto se habían vuelto aburridas o mejor dicho simplemente molestas, la técnica de rotar el cuello servía, pero se demoraba demasiado tiempo, así que traté de pensar en un par de cosas. Primero deduje que al girar el cuello se debían requirir una gran cantidad de músculos para poder hacerlo, así que traté de enfocar toda mi fuerza en algo más simple: un dedo (en algun otro post daré más detalles de la técnica nueva), comencé de ahí a mover lo que se encontraba alrededor, y de un momento a otro mi cuerpo seguía pesado, pero conforme perfeccioné esta técnica, en cuestión de segundos ya tenía todo mi movimiento corporal disponible, con esto pude ya no solo percibir a los espectros que me "ataban", sino verlos, algunas cosas eran bastante grotescas, sacadas de libros de lovecraft, pero si algo aprendí es que el miedo los alimenta, mientras más pánico se tiene se siente pesado y mayor tiempo de influencia tienen sobre ti, mientras que si eres valiente pierden la influencia sobre ti y tu ganas fuerza "espiritual". Me daba valor a mi mismo haciendo cosas como mostrarles el dedo, eso me liberaba más de la infleuncia, después de mucho tiempo de práctica pude liberar mi voz, cosa que es complicadísima de usar en la parálisis, al principio la usaba para maldecirlos con balbuseos, hasta que en algunos casos logré tener algunas especies de conversaciones extrañas con algunos de ellos. Hoy en día la pesadez es mínima, lo mismo que su influencia y ya hablaré más adelante del "contrataque", así
que sean valientes y no teman, tengan dominio de si mismos.